
Ya sabéis que nos gusta contar aquí esas cosas que ofrecen la cara menos conocida de Etiopía, la que se aleja más de los tópicos que se han acuñado a base de un sufrimiento enorme de los etíopes y que, por desgracia, aún no podemos decir que sea historia. Kaldis es, además de una forma original -y en cierto modo sarcástica- de levantar una empresa, un negocio próspero. En el blog contamos hace tiempo nuestra viista a la que entonces (año 2006) era la única cafeteria de la cadena que, según sos promotores no plagia a Starbucks, sino que rinde un tributo a la multinacional norteamericana del café que no hae mucho mantuvo un litigio con los productores etíopes de café. Pues bien, Kaldi's ya tiene once cafeterías repartidas por Addis Abeba y hace poco acaba de estrenar página web.
Y hablando de estereotipos, es un buen momento para enlazar un artículo en el que un escritor africano, que se llama Binyavanga Wainaina, también con sorna y sarcasmo, habla de lo que uno nunca debe olvidar de hacer cuando se dispone a escribir sobre África. Enlazamos también la traducción que puedes leer completa en el blog Por fin en África.
Dice cosas como estas:
Nunca pongas la imagen de un africano de clase media en la portada de tu libro, ni dentro, a no ser que haya ganado un Premio Nobel. Un AK-47, costillas prominentes, pechos desnudos: utiliza éstas. Si tienes que incluir a un africano, asegúrate de que consigues a uno vestido con ropas zulúes o masaís.
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