Este es el artículo que publicó ayer domingo, en La Voz de Galicia, Eduardo Riestra, creador y director de Ediciones del Viento y que el viernes participó en la presentación de "Addis Addis". Muchas gracias por el elogio y por colocarme en esa tradción literaria.
Etiopía
Si usted ve a la salida el colegio, entre sus hijos o sus nietos, un
niño negro, tenga la seguridad de que es etíope. Las adopciones del
gallegos durante los últimos años en aquel país está enriqueciendo
nuestra población y mejorando sin duda nuestra raza con unos jóvenes
inteligentes, alegres y a los que se les notan menos las huellas del
clima gallego sobre la melanina. Etiopía es un territorio mítico en el
cuerno de África con una población ancestral que se dice descendiente de
Salomón y la Reina de Saba. Un territorio que, en contra de los que nos
quiere hacer creer Indiana Jones, custodia secretamente el Arca de la
Alianza. Un reducto de los primeros cristianos, cuando los cristianos se
partían la crisma discutiendo sobre la Trinidad en el concilio de
Nicea: los coptos de la iglesia de Alejandría. Aunque ellos no lo
sepan, Etiopía es también la tierra prometida de nuestros jóvenes que
escuchan a Bob Marley. Ha sido objeto de fascinación para viajeros y
escritores desde hace siglos, y, en el pasado Evelyn Waugh, Kapuscinski,
Javier Reverte, se han ocupado extensamente de aquel país. Y hoy, con
deslumbrante inteligencia periodística y literaria, como sus mayores,
Carlos Agulló continúa esta tradición con una obra titulada Addis Addis.
El libro muestra una ciudad del África más reciente que es una parábola
de la civilización, que deja al descubierto la trastienda de nuestro
modelo de vida. Que derriba tópicos y nos hace perder el miedo a cruzar
el espejo, como la Alicia de Carroll y de Waugh.
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