La hambruna ya es oficial

Las advertencias vienen de hace meses -podríamos hablar de años-, pero hizo falta que apareciesen las primeras imágenes tomadas por medios occidentales para que la ONU declarase oficialmente que la hambruna ha vuelto al Cuerno de África. Hay quien dice que nunca se ha ido, que se ha perpetuado desde que a mediados de los 70 Etiopía sufriera el primer azote mundialmente conocido. Se repitió en 1984 -cuando los grandes festivales del We are the world- y ahora en Somalia. Pero el hambre se ha convertido en un problema estructural, de modo que, por ejemplo en Etiopía, cuando las cosas no van mal necesitan ayuda alimentaria entre cuatro y seis millones de personas. Ahora se achaca la culpa a la sequía, incluso al cambio climático, pero no se puede olvidar que la especulación está casi siempre detrás de la escalada de precios de los alimentos que comenzó hacia el 2008. Y no se puede olvidar la guerra interminable, y la prohibición de acceso a determinadas zonas, y la utilización política del hambre y la ayuda internacional, y la venta de tierras a empresas extranjeras y fondos de inversión...
Ahora puede haber más de diez millones de personas en riesgo de morir de hambre en Somalia, Yibuti, Etiopía y Kenia, pero el azote más duro le toca esta vez a Somalia, de donde miles de personas huyen del hambre, de la guerra y de la inseguridad total. A los refugiados los recibe Etiopía y Kenia, que aunque han experimentado grandes avances en los últimos años, siguen teniendo enormes zonas de los respectivos países sumidos en una pobreza casi crónica.
Lo peor de todo esto es que todos sabemos a ciencia cierta que es perfectamente evitable. Los enviaremos tiendas de campaña, barcos llenos de alimentos y tonelada de solidaridad. Porque hay que atender la emergencia, no queda más remedio. Pero, por desgracia, es casi seguro que dentro de un tiempo nos daremos media vuelta y mil millones de personas en el mundo seguirán pasando hambre.