MamaEtiopia :: en la Universidad

MAMA ETIOPIA :: MAMMA ETHIOPIA entró hace unos días en las aulas de la Facultade de Xornalismo de la Universidad de Santiago de Compostela. El profesor de Historia Daniel Lanero nos invitó a impartir una clase práctica a los alumnos de primero, en la asignatura de Historia del Mundo Moderno. La idea era tomar como elemento didáctico el blog para contar una experiencia de comunicación, entre lo personal y lo profesional y, al mismo tiempo, reflexionar sobre los países empobrecidos; sobre cómo los tópicos y los estereotipos esconden aspectos de la vida de lugares como Etiopía, donde además de hambre y pobreza hay gente que, como los alumnos de la facultad de Santiago, se levantan cada mañana para ir a la Universidad. Como los de la foto que ilustra este post, en la puerta del campus central de la Universidad de Addis Abeba, en Sidist Kilo, que ocupa el primer palacio d Haile Selassie.
La charla en Santiago fue una experiencia muy enriquecedora para nosotros y esperamos que de algún provecho para los estudiantes de periodismo que nos escucharon y nos preguntaron. Nos sirvió para recordar un foro de discusión al que acudimos como invitados, junto al bailarín Melaku Belay, el verano pasado en la Universidad de Addis. Son frecuentes allí ese tipo de debates en pequeños grupos, de no más de veinte personas, sobre los más diversos temas. En el que nosotros participamos se habló sobre la identidad de Etiopía y se abordaron cuestiones que para nosotros son muy familiares, como la cohesión de un territorio integrado por comunidades con caracteristicas diferenciales y el reconocimiento constitucional de las nacionalidades históricas. Intercambiamos opiniones y experiencias con jóvenes profesionales del derecho, el periodismo, la psicología o la ciencia política, después de la intervención introductoria de Tsegaye Regassa, un profesor de la facultad de Derecho de Addis.
Nunca pensamos que este blog, que nació como un impulso íntimo, llegase a despertar algún interés en las aulas de la Universidad. Pero estamos encantados, claro.