Pantano en el valle. Carretera de Addis Abeba a Dessie, originalmente cargada por MAMA ETIOPIA :: MAMMA ETHIOPIA.
Hace unos días, en el suplemento Mercados, de La Voz de Galicia, Enrique Clemente publicaba una extensa entrevista con Jean Ziegler, el sociólogo y economista suizo que fue relator de lqa ONU contra el hambre, en la que hablaba de la venta o cesión de tierras en África. Y explicaba cómo las patatas saudíes que se venden en Suecia se cultivan, en realidad, en Etiopía. Este es el extracto.
-Usted también denuncia lo que considera tobo lagelizado masivo de las tierras en los países más pobres. Pone el ejemplo de cómo el nuevo Gobierno de Sudán de Sur vendió al trust agroalimentario tejano Nile Trading and development Inc. 600.000 hectáreas de tierras fértiles, equivalente al 1% de su país, por solo 25.000 dólares.
-Cuando fui a Oslo a presentar el libro una persona me preguntó cómo podía explicar que en esa ciudad se pudieran comprar patatas de Arabia saudí. Respondí que era imposible, porque en ese país no hay patatas. A la mañana siguiente cinco sindicalistas me acompañaron a visitar los supermercados del centro de oslo, donde se podían ver patatas supuestamente saudíes. Cuando volví a Ginebra me reuní con mis colaboradores para desvelar el misterio, que era que en Gambela, una región del sur de Etiopía, el jeque saudí Al Amoudi tiene 500.000 hectáreas de tierras fértiles alquiladas a menos de un euro por hectárea al año. Los campesinos de la tribu autóctona fueron expulsados por las fuerzas armadas. Al Amoudi importa la mano de obra de Sri Lanka y produce rosas y patatas, que exporta a los países que tienen poder adquisitivo. El año pasado 41 millones de hectáreas de tierras africanas pasaron a manos de multinacionales, hedge funds estadounidenses, bancos europeos, fondos saudíes, surcoreanos, chinos y de otros países. Compradas, alquilaladas o adquiridas sin contrapartida. Es un robo de tierras legalizado que se justifica diciendo que la productividad del campesinado africano es muy baja.
-Lo peor es que los beneficios de esas tierras no revierten en sus habitantes.
-No, son exportados. Son los mecanismos asesinos del orden caníbal del mundo, que funciona sobre el principio de obtener el máximo beneficio. El detentador del capital es el amo. Esa obsesión por el beneficio, el afán de lucro y la codicia ilimitada de las oligarquías predatorias del capital financiero prevalecen sobre cualquier otra consideración.
1 comentario:
¡Qué vergüenza! seguimos igual de incivilizados, y la Historia se repite, ¿cuándo habrá algo justo bajo el sol?, creo que nunca, este mundo no avanza ¿no les parece? Amelia
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