martes, 10 de julio de 2007

Flores y cuero, otras dos industrias etíopes


No sólo de café vive Etiopía. Es el producto más exportado, pese a las dificultades de los agricultores, a la caída de precios y a la sustitución de cultivos cafeteros por chat (la hoja estimulante), pero existen otras industrias vinculadas a la actividad agropecuaria que intentan abrirse camino en Etiopía. La floricultura, un negocio en el que han entrado empresas europeas, generará este año unos ingresos de 100 millones de dólares en exportaciones. Hay otro sector pujante (siempre en las dimensiones de la economía etíope) que es el de las manufacturas de cuero ovino, que reportaron el año pasado 65 millones de dólares a la balanza comercial. En ambos casos, tanto la floricultura como el curtido de cuero, precisan de inversiones, tecnología y conocimiento para que la materia prima autóctona genere más valor añadido. Son ejemplos de cómo la entrada de capital extranjero para la creación de empresas mixtas puede favorecer el desarrollo basado en las potencialidades internas. El cuero etíope está en los guantes del golfista Tiger Woods (una ocasión para el márketing tan buena como la disputa con Starbucks), pero también en la artesanía local, que tiene uno de sus exponentes en las pinturas tradicionales sobre piel de cordero, como la de la imagen que ilustra este comentario.

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