Noticias en apariencia contradictorias nos desconciertan. Unicef lleva un tiempo alertando sobre el riesgo más que cierto de que miles de personas (sobre todo niños) queden atrapadas una vez más en la espiral devoradora del hambre. También la FAO pide acción rápida para paliar los efectos de la crisis alimentaria, que se ceba sobre todo en lugares en los que los precios de los productos básicos han subido hasta un 40%, como sucede en Etiopía.
Mientras, el FMI, alaba los esfuerzos de Etiopía por sanear su modelo económico y lo coloca entre los países c0n mayor crecimiento económico. El país (al menos la capital) se está transformando y surgen proyectos al calor de la inversión extranjera, sobre todo china, como el centro de la juventud de la imagen que se proyecta para el distrito de Kazanchis.
Esta es la cara
Y, seguramente, todo es cierto aunque parezcan datos irreconciliables. Aquí mismo vemos como las grandes cifras de la economía seguían dando muestras de muy buena salud hasta no hace mucho, pese a que los bolsillos se nos vacían mucho más rápido.
Lo malo de los planes urgentes que periódicamente se ponen en marcha en estos casos de extrema necesidad es que llegan tarde. Los mismos millones de euros y de dólares empleados a tiempo en otro tipo de cooperación evitaría quizás estas situaciones y no perjudicaría a los sistemas autóctonos de producción agraria. Otra vez Etiopía recibirá ayuda directa en forma de alimentos. Porque ya es inevitable para evitar quizás miles de muertes y para que no siga en aumento el número de niños que viven la calle, como los de este vídeo.
Esta es la cruz
Nota: No son frecuentes en este blog las entradas sobre los aspectos más dramáticamente tópicos de Etiopía. Porque nos gusta que aflore la otra Etiopía. Pero a veces es inevitable.
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