viernes, 10 de octubre de 2008

Obama el africano

La campaña de Obama en Addis Abeba

Imagínate. Un país que tiene sus esperanzas puestas en las elecciones de otro país. La reflexión, cargada de desesperanza, la hacía días atrás en Addis Abeba un ingeniero etíope que durante años vivió en España. Hablábamos de las posibilidades de despegue de un país empobrecido que se enfrenta de nuevo a tiempos revueltos. La esperanza de la que habla es la victoria de Barack Obama en las elecciones norteamericanas del 4 de noviembre. África se encomienda al hijo del emigrante de Kenia que está a las puertas del puesto de mando de la superpotencia.
Un coche que parece que se va a clavar en el barrizal pegajoso de una calle de Addis luce una pegatina con el rostro del candidato. Yes, we can! En Uganda le han puesto su nombre a una avenida nueva. En Kenia, donde todavía vive la abuela, a los niños los bautizan con el nombre del candidato. Lo de Obama es una revolución mental para los americanos, dijo el presidente de Senegal.
Pero ¿saldrá ganando África si gana las elecciones? «Prepárense para la desilusión», espetó un popular columnista ugandés. Quizás no tanto. Obama viajó tres veces en su vida al continente en busca de sus raíces y habló de la urgencia de rescatar a sus habitantes del pozo negro en el que se ahogan. Pero es cierto que será antes que nada el presidente de Estados Unidos, un país que necesita atender muchos frentes para poner a salvo sus intereses. Sobre todo ahora que se han empezado a ver síntomas de que el declive del imperio pudo haber comenzado. ¿Habrá una nueva vía en la relación de estados Unidos con el mundo si gana Obama? En su primera salida oficial al exterior como candidato estuvo en Afganistán, Irak, Berlín, Siria, Israel. Pero no en África.
De todos modos África ya ha ganado algo con Obama, porque la "revolución mental" no es solo para los estadounidenses. Su nominación y la presivible elección supone para los africanos una especie de catarsis íntima y colectiva. Una inyección de autoestima en un continente con frecuencia agarrotado por la resignación al maltrato (al interno y al externo). «Mi hija no me podrá volver a decir que no consigue algo porque es negra», se le escuchó decir a una mujer africana que festejaba la nominación de Obama.

Publicado también en Por la tangente

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho tu artículo, estoy de acuerdo con lo de "Pero es cierto que será antes que nada el presidente de Estados Unidos" . no hay que perder la brújula.

Me gustaria tus comentarios a mis articulos en http://ccaicedo15.blogspot.com/2008/10/trancazos-para-el-sur-y-embargazos-para.html

Polilla dijo...

Another point of view: Election results: Obama wins!