Haile es grande también en la derrota

Haile se quedó en el kilómetro 37 del maratón de Berlín. Lo intentó, pero no pudo ser. Y el keniano Patrick Makau le ganó la carrera y le arrebató el récord del mundo. Es posible que Haile Gebreselassie todavía corra un maratón más para intentar lograr la marca que necesita para coronar su carrera en la prueba reina de las Olimpiadas de Londres del 2012. Es lo que dice su representante, aunque muchos creen que ya será difícil.
Pero, si la del domingo en Berlín fue la última carrera de la leyenda etíope, la despedida no mancha un palmarés al alcance de muy pocos a lo largo de la historia. Porque como escribe hoy Carlos Arribas en El País "Gebre ayuda a derribar su récord".
Este es el último párrafo de la crónica: "Su empuje fue fundamental para el éxito de Makau y suicida para él. Era el primer maratón en que competía Gebre después de su abandono, lesionado en una rodilla, en su debut en Nueva York el pasado otoño. Acabó entonces tan decepcionado que en un arrebato anunció que se retiraba. Unas semanas después cambió de opinión. Se apuntó al maratón de Tokio, pero renunció a última hora con dolor de espalda. Este año apenas había competido en carretera, y nada en pista. Su último maratón completado se remonta a enero de 2010. Sus posibilidades de correr en Londres y su futuro como atleta son ahora una incógnita, no así su grandeza".
En otras palabras lo dijo también en su perfil de Facebook el escritor y antiguo corredor de fondo Ramón Loureiro: "Pensamos que o que conseguimos nos fai máis grandes, e estamos por completo equivocados. O que nos engrandece é o que lles axudamos a facer aos demais. (E en silencio, a poder ser). Y, sobre el pasaporte para Londres 2012, comenta a una nota previa a la carrera que colgamos en nuestro muro: "Moito me temo que non haberá ese pasaporte...! Pero iso é o de menos. El xa habita o territorio das lendas. É dicir, o da inmortalidade. Non necesita os cronómetros para nada".
Hace menos de un mes, cuando le hicimos a Haile la foto en la terraza de su oficina de Addis Abeba, acababa de regresar de su entrenamiento matutino en el monte Entoto con la vista en el maratón de Berlín.