miércoles, 19 de septiembre de 2012

Hailemariam Desalegn, un perfil nuevo para la política de Etiopía

El pasado fin de semana, el EPRDF, el frente político que gobierna en Etiopía desde hace casi 21 años, eligió al sucesor del desaparecido Meles Zenawy como líder de la formación y candidato a seguir como primer ministro al menos hasta 2015, año de las próximas elecciones. Lo que está sucediendo en Etiopía es, en cierto modo, una segunda transición aunque sin cambio de régimen ni del partido dominante. Pero la figura del nuevo primer ministro, Hailemarian Desalegn elegido en su día por el propio Meles como vicepresidente y señalado como figura destacada de una nueva generación emergente de políticos, reúne al menos tres características que lo hacen distinto y que permite abrigar algunas esperanzas en una mayor apertura democrática. En primer lugar forma parte de la generación que no tomo parte como guerrilero en el derrocamiento de la dictadura militar comunista de Mengistu Hailemariam. Meles y las cúpulas política y militar se forjaron en aquella cruenta y larga guerra vicil. En segundo lugar procede del sur del país -fue presidente de la región de las Pueblos y Comunidades del Sur, cuya capital es la moderna ciudad de Awassa)- y procede de la etnia Wolayta. Meles y muchos de los dirigentes colocados en puestos clave de la administración del Estado son de Tigray. En tercer lugar, el nuevo primer ministro no es cristiano ortodoxo -la religión con mayor peso en la tradición cultural del país y con más influencia política- ni musulman -la confesión que más crece y que en número de seguidores se ha equiparado con los cristianos. Hailemarian pertenece a una iglesia protestante. Etiopía encara de nuevo su futuro.

2 comentarios:

Samaiaui dijo...

Gracias Ankami. Muy interesante la información fresca sobre este punto político.
Entre las familias adoptantes no teníamos la tranquilidad absoluta de que la gente no se estuviera revolucionando en Etiopía tras la muerte de Meles.

saludos

Ankami dijo...

Por lo que sabemos, a través de nuestros amigos y contactos de Addis, la situación está tranquila,están esperanzados con una transición sin sobresaltos y muchos creen que se están empezando a ver pequeñas muestras de una mayor apertura. Esperemos que no su tuerza nada y que la senda del crecimiento económico iniciada hace años se consolide, que acane alcanzado a todos los etíopes de todos los rincones, y que vaya acompañada de el afianzamiento de la democracia en el país.