sábado, 11 de enero de 2014

Addis Addis: la reseña de la contracubierta



La imagen de este post corresponde a las pruebas de la cubierta, la contracubierta y las solapas de Addis Addis, que ayer entró en la imprenta. En la contracubierta aparece la siguiente reseña:

"Addis Addis es un retrato construido a lo largo de siete años (de 2005 a 2012), un tiempo en el que la capital de Etiopía experimenta una profunda transformación física y social, urbanística y sociológica. La nueva Addis –eso es lo que significa Addis, Addis– es el portal de entrada a un país fascinante y diverso, de naturaleza portentosa y variada, a un lugar de gente herida por un sufrimiento inimaginable, pero orgullosa de habitar una tierra de cultura milenaria y distinta a casi todo. Un territorio poblado por personas que luchan por ganarse el día y con la esperanza puesta en un futuro en el que –pese a una durísima realidad que todavía coloca a Etiopía entre los países más pobres del planeta– quede desterrada para siempre la imagen de las hambrunas apocalípticas, las guerras fraticidas y las pandemias exterminadoras.

Addis Abeba es el espacio en el que se mueve una generación nueva y conectada con el mundo, pero es todavía, y al mismo tiempo, una ciudad-miseria del Tercer Mundo. Es un espacio que vive en momentos históricos distintos de forma simultánea, donde se mezclan la modernidad urbana más tecnificada con usos rurales casi medievales. Es, en cierto modo, la encarnación de la paradoja y de los brutales contrastes de África. Es, además, para varios miles de familias españolas el vientre que les ha entregado a sus hijos y al que están unidos por un perpetuo cordón umbilical.

Addis Addis es una crónica en trece capítulos a través de la observación personal y del testimonio de once personajes. Unos conocidos, como el atleta Haile Gebreselassie o el pintor Afewerk Tekle; agitadores de la vida cultural de la ciudad, como Melaku Belay, un niño de la calle que se convirtió en bailarín, o Munit Mesfin, una cantante que dejó una vida encarrilada en Estados Unidos para regresar a Etiopía; jóvenes profesionales, como la arquitecta Selam Tewasom, que no renuncia a las oportunidades de diversión que le ofrece su ciudad; o Wubalem Tadesse, un ingeniero forestal que se formó en Cuba y en España; Mohamed y Peter, niños que se tienen que patear las calles para sobrevivir, o Filagot, recién graduada como enfermera para orgullo de su modesto barrio de la periferia. Es la crónica –apasionada, dolorida y cargada de esperanza­– producto de la inmersión del autor en la tierra en la que han nacido sus tres hijos"

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