“Oídme, aunque seamos de tribus y lenguas diferentes, recordad que somos personas iguales”. ANCIANO AFRICANO (RAÍCES)
“La fuerza de América es su diversidad. La gente llega de todo el mundo, trayendo nueva energía y nuevos sueños. Cada persona tiene una historia que contar, y cada historia nos enriquece y nos da vigor”. DIVERSITY
La placa está colocada en un rincón de los muelles de Annapolis, capital del estado norteamericano de Maryland. Es un homenaje a la dignidad robada a los esclavos africanos en uno de los primeros lugares de América en los que desembarcaron y fueron subastados cientos de miles de negros. Junto a la placa, un curioso conjunto escultórico recuerda a Alex Haley, el autor de la novela Raíces, la que inspiró la serie de televisión del esclavo Kunta Kinte.
El lugar lo recordamos hoy al leer el La Voz de Galicia un interesante reportaje de Tatiana López sobre el 200 aniversario del fin de la esclavitud. En realidad la fecha recuerda la firma del Tratado Atlántico de Esclavos, porque la esclavitud aún tardó unos años en desaparecer. Precisamente España fue de los últimos países en abolirla. Hubo que esperar hasta 1886, cuando aún había más de medio millón de esclavos en la colonia de Cuba. Todavía en 1842 se aprobó un cruel Reglamento de la Esclavitud en el que se obligaba a un pretendido trato piadoso con los hombres propiedad de otros hombres.
Pero la ignominia no ha terminado. Según datos de Save the children, existen en el mundo 27 millones de personas que viven bajo algún tipo de esclavitud. Niños soldados, niñas prostituidas, inmigrantes sin derechos... Como aquellos esclavos de siglos pasados, muchos de los de este tiempo viven o han salido de Etiopía.
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