viernes, 1 de mayo de 2009

Pandemia sobre pandemias

En los países ricos, aún en tiempos de la peor crisis, tenemos la ventaja de que ante situaciones de riesgo podemos ser desmesuradamente preventivos. La masacre del 11-S reveló que la amenaza era real y no producto de la paranoia de quienes alertaban, pero algunas de las medidas adoptadas después para librarnos de otro horror como aquel rozaron el ridículo. Porque no evitaban el peligro y sin embargo servían para alimentar el miedo. Algo parecido parece suceder con las crisis sanitarias como la de la gripe que surgió de México. Tenemos la capacidad para llevar la profilaxis a extremos innecesarios, porque nos da tranquilidad y, en todo caso, porque ya se sabe que es mejor prevenir.

Lo malo es que justamente donde más falta hace prevenir y donde la población es más vulnerable es donde menos capacidad hay para protegerse de lo que técnicamente, según la OMS, ya es una pandemia. Hace dos días la genialidad sucinta de Pinto&Chinto lo apuntaba en la viñeta de La Voz de Galicia. Un personaje se tapa la boca ante la gripe porcina, pero ante la malaria, el sida, la tuberculosis se tapa… los ojos. Los muertos por la influenza en todo el mundo no superan la decena, quizás porque se han tomado medidas drásticas y rápidas para contener su avance. La malaria puede acabar este año solo en África con un millón de niños, y el sida se cobra en el mundo la vida de más de dos millones de personas, casi el equivalente a toda la población de Galicia.

La desproporción de las dimensiones y de la atención planetaria es abrumadora y tiene que ver con quiénes lo padecen. Casos como el de la gripe puede hacer todavía mayor la brecha entre miseria y opulencia. La mayoría de los muertos está en México, donde el 40% de la población vive en la pobreza y donde la atención médica es una quimera para muchos. La extensión hacia el norte puede estar bajo control, pero ¿qué sucederá si llega al sur? Poblaciones malnutridas y enfermas que viven en espacios ambientalmente muy degradados y sin la estructura sanitaria más elemental serán incapaces de hacerle frente a otro mal evitable. Pero podemos taparnos los ojos. La ceguera sí que es pandemia.

Publicado también en Por la tangente

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena la viñeta y las reflexiones sobre esta "historia".
Yo me pregunto: ¿quien sale beneficiado de todo esto?.
Los afectados europeos se curan de un pequeño catarro, menos virulento que la gripe "normal",a pesar de ello se les ponen antivirales cuando ya no tienen fiebre. ¿A nadie de la OMS se le ha ocurrido investigar que pasa en Mexico donde si ha habido muertos?, todavia no han analizado los factores que influyen en tan diferente comportamiento del virus.A nosotros nos llenas de mascarillas, piensan en desarrollar vacunas, ¿y los que estan muriendo?, y como dice Ankami, ¿y si llega a Africa?.
Maite