lunes, 29 de diciembre de 2008

El Mausoleo de Menelik II



Este es el mausoleo en el que está enterrado el emperador Menelik II, el fundador de Addis Abeba, y su mujer, Taitu. Fue la emperatriz Zewditu, la hija mayor del monarca, quien encargó en 1911 la construcción del mausoleo, en los sótanos de la iglesia de Bete Mariam. Está en el corazón del Gebby, el recinto donde se instalaron las dependencias reales y las oficinas y residencias de sus ministros, cuando, a sugerencia de Taitu, Menelik decidió abandonar el enclave original de la nueva capital, en el alto del monte Entoto.

El mausoleo está lleno de curiosidades. La primera, las grandes tortugas que habitan los jardines y que sirven de cortacésped natural. En el interior de la iglesia hay unos interesantes frescos con motivos históricos, como el viaje de la reina de Saba al reino de Salomón, y del propio Menelik. La cripta guarda los restos mortales del monarca, de su mujer , de Zewditu y de una hija de Haile Selassie. En una pequeña habitación casi oculta bajo las escaleras se custodiaron durante años los restos de Haile Selassie, hasta que fueron trasladados a la catedral de la Trinidad. También se conservan aquí retratos, documentos y los tronos de Menelik y Taitu, que según cuenta el guarda del recinto están construidos en una sola pieza de madera. Es posible que, además de pagar la entrada, te pidan un donativo para el mantenimiento del templo o para la atención de niños huérfanos. Antes amablemente te habrán invitado a sentarte en los asientos reales de los mismísimos Menelik y Taitu.

En el exterior, seguro que encontrarás gente orando apoyada en los muros de la iglesia. A la altura a la que quedan los rostros de los fieles cuando acuden a rezar, la piedra del templo adquirió con el tiempo una coloración distinta, más oscura, una costra uniforme que recorre el perímetro completo del mausoleo. Enormes leones custodian la entrada principal, desde cuya altura pueden verse la iglesia de San Gabriel (ejemplo típico de la arquitectura ortodoxa de Etiopía) y, a la izquierda, en una pequeña vaguada, un baptisterio con una decoración exterior en la que llama la atención los colores primarios y el trazo naif de las escenas bíblicas y un campanario que reproduce los obeliscos de Axum. Si vas por la mañana puedes encontrar montones de personas que acuden a la fuente a cuyas aguas atribuyen propiedades curativas.

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