miércoles, 3 de diciembre de 2008
Soldados desmovilizados
Etiopía anunció formalmente que antes de final de año se retirará de Somalia. Según nos comentaron este verano en Addis Abeba, era algo que se esperaba hace tiempo, incluso que estaba ya pactado entre el Gobierno y la oposición (esa parte de la oposición a la que todavía le dejan estar en el Parlamento). El Ejército etíope dejará esa guerra en la que se embarcó por un cruce de intereses propios y ajenos (los suyos y los de Estados Unidos). Las cosas en Somalia no están resueltas (tampoco para el fotógrafo gallego José Cendón, que sigue secuestrado), pero el repliegue de los soldados etíopes tiene al menos un par de lecturas positivas. Dejará de haber muertos en el frente y se podrán reconducir gastos militares hacia otras necesidades, que son muchas.
Pero esos retornos nunca son fáciles. No es raro ver por las calles de Addis y de otras ciudades de Etiopía a algunos ancianos ataviados con alguna prenda militar (gorras de plato, guerreras) con las que evocan sus viejas glorias y la casi permanente sombra de la guerra que planea sobre este país. Aún a día de hoy está en marcha un programa para la reinserción civil de los soldados que combatieron en Eritrea y que cuenta con el apoyo de AIF, la Asociación Internacional de Fomento, que depende del Banco Mundial.
En la foto, dos agentes de la policía federal, un cuerpo militarizado, charlan distendidamente con otra persona encaramados a la verja del recinto gubernamental de Addis Abeba, cerca de Arat Kilo. La foto está tomada a principios de septiembre.
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