lunes, 31 de diciembre de 2007

Kenia y Etiopía: paralelismos electorales



En Kenia se está repitiendo, paso por paso, la situación que Etiopía vivió después de las elecciones de mayo del 2005. Mwai Kibabi, el presidente que acabó con la dictadura anterior en el país, se apura a proclamarse vencedor de las elecciones con una exigua ventaja sobre la oposición y después de varios retrasos en el escrutinio y de que la oposición también se diese como vencedora. La confusión y las sospechas de fraude electoral han desencadenado disturbios y al menos siete muertos en enfrentamientos entre policías y manifestantes. (Nota añadida: una cadena de televisión habló el lunes de hasta 124 muertos)
Hace dos años y medio, cuando nosotros estábamos en la recta final de nuestro primer proceso de adopción, Etiopía vivió las que se presentaban como primeras elecciones realmente democráticas. Cuando Kinijit, la coalición contraria al partido de Meles Zenawi, se proclamaba vencedora, el presidente del Gobierno zanjó el proceso y renovó mandato. Algunas fuentes cifran en más de 200 los muertos en las manifestaciones de protesta. Los líderes de la oposición fueron encarcelados y las esperanzas de consolidar la democracia, frustradas. Los observadores de la Unión Europea pusieron en duda la limpieza del proceso. Estados Unidos, lo dio por bueno. Lo mismo que ahora en Kenia.
Para terminar, una recomendación. El libro Con la cabeza bien alta, de Wangari Maathai, la activista keniata de los derechos civiles y la defensa de la naturaleza que obtuvo en el 2004 el premio Nóbel de la Paz y que formó parte del Gobierno de Kibabi como ministra de Recursos Naturales. Además, integra el equipo de sabios con los que cuenta Zapatero para elaborar el programa electoral para las elecciones del 9 de marzo. Uno de sus mensajes: la democracia es el camino hacia el progreso y el bienestar de África.

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