Este abril , después de mucho dudar, de sentir que el extremo de una cuerda me tiraba hacia Gondar y el otro me mantenía aquí, en Coruña, a su lado, decidí que me iba y ahora una semana después de mi vuelta estoy feliz de haberlo hecho.
Hay sentimientos, momentos y vivencias que quedan para el recuerdo y para mi hijo, pero sí quiero compartir con aquellos que estén pensando hacer un viaje de este tipo, lo fácil que resulta y lo bonito de este país que “alumbró nuestras vidas”.
Decidí viajar con Ethiopian Airlines, por dos motivos, uno el horario, vuela de noche tanto de ida como de vuelta, lo que me hacía perder menos tiempo y porque así ya podía comprar desde aquí los vuelos internos, y además con algo de descuento .El vuelo sale casi a la una de la madrugada de Roma y en cinco horas y media estás en Addis. Todo positivo, si acaso lo único que me gustó menos es que en el avión había menos espacio entre fila y fila, pero bueno, en realidad…son pocas horas.
En Addis me alojé en una casa de huéspedes que se llama Cozy Place Mr Martin, un lugar muy agradable, el personal es amabilísimo, los huéspedes también y sobre todo, muy limpio, compartes cuarto de baño, lo limpian cada media hora y he de decir que fue donde encontré el mejor chorro de agua del viaje y a una temperatura estupenda. Sin duda volveré, además es muy barato. En este tipo de alojamientos es más fácil relacionarte con la gente, se desayuna en el jardín al aire libre, unos leen, otros escriben, otros charlan, conoces gente de todos los lugares y condiciones, había gente joven viviendo allí, una chica danesa me contó que su tesis doctoral la está haciendo en Naciones Unidas, un proyecto de nutrición infantil en la región amhara. Otro personaje interesante fue un irlandés, simpático y guapo que salió hace meses de su isla, en su moto, él solo, recorrió toda la costa oeste de Africa hasta Sudáfrica y llegó a Etiopía desde Kenia, estaba “atrapado” en Addis por problemas mecánicos en su moto, pero seguiría por el norte, luego Sudán siguiendo el Nilo. En total doce meses de aventura. Me dejó impresionada.
Lo principal para mi en Addis era poder estar más tiempo con las “sister” que la primera vez que fui, quería conocer bien el orfanato y la casa de enfrente donde hay casi mil enfermos. No sabía si iban a facilitarme las cosas pues soy consciente del mucho trabajo que tienen y hubiese entendido que no pudiesen, pero la casualidad hizo que me encontrase allí con la monja que hace tres años estaba encargada de los niños en Gondar, cuando estaba mi hijo, ya casi con poder conocerla a ella me hubiese llegado, pero me enseñó todo, toqué todas las cunitas, cogí a todos los críos en el brazos, pude sacar fotos, hablé con ella, es una mujer alegre, abierta, expresiva, hasta una foto con ella pude sacar . El orfanato llega al corazón, todos sabéis que también hay niños con muchos problemas, pero lo que me quedaba por ver era aún más impresionante, te sientes pequeña cuando ves a aquellas mujeres correr de una lado para el otro, sin parar, con sondas en la mano, con medicinas y toda aquella gente que hubiesen pasado sus graves enfermedades en la calle de no ser por aquel lugar".
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